México es un país que tiene una extensión de 11,122 km de litorales lo que le da un lugar privilegiado en el mundo por ser uno de los países que cuenta con una biodiversidad marina muy importante.  También esto hace que muchas de nuestras costas sean lugares paradisiacos por su clima y paisajes espectaculares. Pero también de alto riesgo por los huracanes y tormentas que año con año llegan a nuestras costas por ambos océanos: El Pacífico y el Atlántico.

Para muchos de nosotros Acapulco es entrañable por ser una de las playas más próximas al centro del país y destino turístico desde hace muchísimo tiempo.  Sus atardeceres imperdibles y sus bahías de ensueño no pueden olvidarse.

Lo que pasó en Acapulco hace una semana nos tiene perplejos y no acabamos de dar crédito a la tragedia que vivió y sigue viviendo la gente de esta ciudad.   Las escenas de destrucción que vemos en los noticieros de las zonas más emblemáticas de Acapulco, sus hoteles, sus bahías, su zona náutica, sus restaurantes, sus paseos…. Todo totalmente destruido.

Otis desconcertó a los expertos: pasó de categoría 1 a categoría 5 en menos de 24 horas, lo que responde a un fenómeno meteorológico denominado «intensificación rápida» (RI, por sus siglas en inglés). Solo Patricia, quetocó tierra en la costa de Jalisco y Colima en 2015, superó estas cifras, con un aumento de la velocidad de 193km/h. 

Por este motivo, el impacto en la infraestructura de la ciudad ha sido devastador y sin precedentes: No se tiene constancia de ningún huracán de esta intensidad en esta parte de México. Raymundo Riva Palacio en su columna “Estrictamente Personal” del 1 de noviembre nos da estos datos:

Un informe de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros señala que hay 16 mil inmuebles y 20 mil vehículos asegurados en Acapulco. Sin embargo, no todos ellos están protegidos contra fenómenos como Otis. La Comisión Nacional de Seguros y Fianzas indicó que únicamente 7 mil 128 unidades en Guerrero –incluido Acapulco– cuentan con seguros contra huracanes, mientras que apenas 38 mil 254 vehículos, de un millón 447 mil, están cubiertos.

El gobierno y las cúpulas empresariales han tenido reuniones para elaborar un plan para reconstruir Acapulco. El gobierno hará lo que pueda, que no será mucho, porque no tiene presupuesto para nada significativo que no sean los megaproyectos presidenciales, y es dudosa una reasignación del Tren Maya o Dos Bocas para Acapulco. Con los empresarios no existe ninguna expectativa. Lo mismo comprometieron cuando los sismos en 2017 y las cúpulas sólo juntaron 3 millones de pesos. El único que hizo un esfuerzo real fue Carlos Slim, cuyas empresas aportaron 2 mil 500 millones de pesos y recaudaron, mediante Telmex, otra suma similar.

Por Parte de la Familia Hojel, siempre ha existido un compromiso con la Sociedad y a través de su Fundación Origen ha establecido un mecanismo de ayuda para poder aliviar el dolor de las personas que han perdido todo.  En comunicado aparte se publica la forma en que se puede apoyar y se les pide su apoyo y solidaridad para rescatar a estos compatriotas.

Armando Luna Zepeda

2 de noviembre 2023

Categorías: Editorial

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